Se dice que si realizas tus acciones centrándote en estar realmente implicado en el proceso y casi te olvidas del resultado, es bastante probable que te sientas mejor (quizá dichoso) y las cosas vayan sobre ruedas. Aunque lo hayas oído en películas, series de televisión, etc., se trata más bien de un consejo oriental. Si lo has probado con tus pensamientos anclados en lo occidental, habrás descubierto cuántas trampas se interponen en tu camino si te dejas guiar únicamente por ese consejo. Muy a menudo intentas seguir tu intuición y olvidarte del resto y de la gente que te rodea. A veces puede funcionar, sobre todo si la actividad es algo como crear una obra de arte, si nadie te lo ha pedido, puedes decir que lo tomas o lo dejas. Si es algo como liderar un equipo, enseñar o un trabajo que requiere tareas repetitivas, entonces es muy probable que llegues a un punto de pivotar o perseverar (estoy utilizando aquí un concepto de lean thinking pero de forma sencilla, cambiar o continuar con el mismo enfoque).
Utilizaré un ejemplo sencillo para ilustrar lo que creo que una mente occidental u occidentalizada puede ver que falta ahí y encontrarlo como una paradoja, para hacerlo mejor me implico más, pero me es indiferente el resultado. Perdonad mi ejemplo si os parece demasiado obvio y fuera de contexto, pero luego tendrá sentido. Cuando te lavas los dientes no piensas en la repercusión en el mundo de tu acción, y lo haces por el bienestar de tu cuerpo, concretamente por tus dientes. Si fueras un importante dirigente político de tu país, te darías cuenta del impacto de tus decisiones, y piensas conscientemente que lo haces por el pueblo al que representas. Si intentaras aplicar el mismo enfoque en ambos ejemplos, tendrías que ampliar la guía interna. ¿Cómo puedes guiarte por tu cuerpo en ambos casos? Es obvio que lo que quieres prevenir en el primer ejemplo son las caries. En el caso del líder político, tenemos que darnos cuenta de que todo el mundo tiene el potencial de sentir en su cuerpo la reacción a una acción especialmente moral o ética, por ejemplo, la crueldad con los animales. Algunas personas, debido a sus tendencias, no pueden sentirlo en absoluto, pero potencialmente todo el mundo puede. Las dificultades para el líder político es que la decisión no viene aislada, y ya no es un niño, no es cuando alguien le pide a un niño que haga daño a su mascota, la decisión de convertir un bosque en un enorme centro comercial se expone como la menos mala en términos económicos. Ese es un aspecto, la capacidad de confiar en tu propia intuición frente a las trampas dudosas.
Dependiendo de la actividad, las trampas se ven más frecuentemente en el exterior, pero siempre se puede trazar una conexión con las propias trampas internas, especialmente las identificaciones del ego, por ejemplo, la posición familiar, el credo, la tradición, la generación, etc. Otro aspecto importante es establecer la fuerza motriz de la actividad como un medio para consumir, quemar el karma. Muy a menudo nos damos cuenta de que si no cumplimos con nuestros deberes tendremos que hacer un trabajo extra para enmendarlo, eso es karma que de alguna manera se despliega. Algunas decisiones crean un nuevo karma (compromiso) y al desplegarse implica nuevos deberes que supuestamente intentamos evitar. Por ejemplo, si aceptas hacer un favor a otra persona porque crees que se lo merece y creas más desorden del que había antes, ese es el típico caso de añadir caos al caos. Esto puede observarse no sólo en los compromisos en los que están implicadas otras personas, sino también en los intentos de obtener alguna satisfacción para nosotros mismos. Si no quedamos satisfechos, buscamos más (más karma), incluso si quedamos satisfechos pero tenemos que pagar un precio como una deuda o la pérdida de una salud que necesitamos sanar, también se añade más karma.
El concepto detrás del consejo donde empezamos, involúcrate todo lo que puedas, céntrate en el proceso y no en el resultado, es Nishkama karma. Es una sustracción de karma (he dicho consumir, quemar karma), viene de nuestro interior. Nos sentimos más ligeros de corazón cuando lo hacemos así, reduce nuestras ansias de satisfacción urgente, necesidades, exigencias. Así que el primer beneficiario es la persona que realiza la acción.